Cuba: una isla fantasma en el Caribe

Oye, mi hermano, ¿que fué, que pasó?

Lo que pasó fué que desapareció el país. No lo dijo la televisión ni el Gramma pero un buen día todos los cubanos lo supieron -las tumbas comunicantes (*) dieron la noticia- "la puerta de Cuba está abierta y cada cubano puede irse a donde quiera". 
La mayor parte de la población -incluido el ejército y "los pinchos"- eligieron la "casa del enemigo" (**) como destino prioritario.
Muchos -casi nadie- se lo creía. Se acercaban a aquellas interminables colas, disimulando con una jabita en la mano y allí se quedaban esperando al próximo barco o avión, que ya entraba por el puerto o aeropuerto, en una cola interminable de esos medios de transporte que no paraban de llegar, cargar y partir. 
Nadie se preocupaba de maletas, como mucho llevaban una jabita, tal era la prisa por salir de aquella cárcel que partían hacia lo desconocido con una mano delante y otra detrás como todo equipaje.
Y se fueron todos sin miedo a represiones ya que los primeros que se marcharon, que abandonaron sus puestos de privilegio, fueron los gobernantes, los jefes del PC de La Habana y los pinchos. A continuación se marcharon los militares y la policía. Esta era información fiable porque venía de las tumbas comunicantes, la única información fiable en la Isla Grande del Caribe.
Todos los puertos de la Isla eran colas interminables que duraron una semana hasta que todo el mundo se marchó. Lo mismo pasó con los aeropuertos grandes y pequeños. 
Algunos improvisaron balsas inmensas y todos los carros, buses y camiones se quedaron sin ruedas que se utilizaron para hacer las balsas. Este era el medio de transporte para los que no llegaron a barcos y aviones o preferían su propio transporte; aún seguían pensando que alguna trampa podía haber detrás de tanta belleza. El desalojo total de la isla duró menos de una semana.
Por más que radio "tumbas comunicantes" avisaba de que los primeros que se habían ido eran los gobernantes y el PC de La Habana ya nadie -después de tantos años- se fiaba. 

Pero qué pasó mi "sosio" preguntaba un cubano americano -Norbertico- distraído en su quehacer diario en las ventas piramidales. Le acababa de llegar la noticia de que La Florida en menos de 8 días tenía 6 millones de habitantes más.
Un cubano afincado en Cancún al que le había crecido la familia y agregados en más de 40 personas -como consecuencia de la evasión total de la isla- no sabía cómo hacer para alimentar y dar cobijo a todo aquel ejército que se le había unido. No les podía dejar tirados.
Desde Brasil, Nueva York, Rep. Dominicana, Haití, México, Colombia, Costa Rica, Panamá, Ecuador, Managua, Perú, Argentina, Italia, España, Canadá, China (pocos), la India, Filipinas, Angola, Mozambique, Nigeria, Sudáfrica...  llegaban noticias de la tremenda avalancha de cubanos que habían engrosado -legal e ilegalmente- las listas de sus nuevos residentes.
Algunos hasta eligieron Rusia, aún se acordaban de que durante más de 30 años la URSS les había dado de comer gratis y tenía la esperanza de que siguiera siendo así.
La prensa internacional no daba crédito a la noticia...
A los 8 días justos de haber desaparecido el país como tal, parecía que había sucedido lo que Isidoro Malmierca me informaba en su momento "el enemigo nos bombardea con armas bactereológicas" ( https://cuba-periodo-especial.blogspot.com/2020/04/isidoro-malmierca-y-los-bombardeos.html ).


Nota: Este blog es una entrada extractada de mi blog general sobre algunas de mis vivencias reales en la Isla de Cuba años atrás https://cuba-periodo-especial.blogspot.com/ 



(*) tumbas comunicantes es la forma mediante la cual los cubanos lo saben todo, pero nada es oficial porque si alguien lo convierte en oficial cae preso de inmediato
(**) la casa del enemigo es USA dónde es difícil que un cubano no tenga ya un pariente cercano o lejano, un "hermano" o un "sosio"...


continuará...





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